viernes, 3 de noviembre de 2017

CARTAS A ROMA XII.- NO PIENSO. NO PUEDO

Querido romano:

Mi lejano amor...
Aún más lejos que la muerte, que tantos amantes separa
Aquella a la que llaman cruel 
La que ambos abrazamos cada día
Es la nuestra, la valentía de los necios que no tienen nada que perder
Después de todo, andamos perdidos 

No pienso, ¿sabes?
No puedo


 Soy Ylena
La espartana
Aquella mujer a la que llaman sacerdotisa, la maga, la hechicera, la curandera, la sanadora...
!Tantas mujeres fui amado mío!
Ninguna pudo retenerte
Ninguna te conquistó
Ninguna te tocó

Hoy no importa
No fuímos
Somos nada...


Aún dicen que cuando lloro, llora el cielo
Y lloro
Lloro por dentro
Callado, sumiso el lamento, agarrado el gemido, insonoro el sollozo
Muda
El llanto de los que no piensan
No pienso. No puedo

No sé nada de ti, no quiero saberlo
Creo que pasó mucho tiempo desde la última carta de Plubio
No contesté, no pensé
Savia marchó, supongo que con él
Las personas son como hojas, muchas caen en otoño, otras perduran un año más y quizás otro
Tan perennes somos, tan frágiles...

Ya no voy a la montaña. 
No me baño en los río o mares 
No respiro las primeras luces
No veo amaneceres ni atardeceres
Nunca estoy sola
Me abandonan hasta los espíritus porque mi alma calla lo que no piensa

Río mucho
Creo que no soy feliz, creo que estoy triste, creo que deseo irme 
Sólo lo creo
No lo pienso, no puedo

Me levanto y sigo
Ayudo, escucho, consuelo 
Tenías razón
Cuando das, nunca es suficiente
Siempre piden más, quieren más
No hay amor suficiente para llenar tantos corazones vacíos

Trabajo y trabajo
Tanto como haga falta, tanto como pueda para no pensar
No escribo, no te niego, no te encuentro, casi no te recuerdo
Creo que fue hermoso conocerte, más ya sabes...
No  pienso, no puedo

Mi pueblo sangra
Las gentes pelean entre si
La rabia, la intolerancia, la incomprensión
De nuevo luchas
¿Nunca te cansas de guerras romano?
Yo si estoy cansada de curar las heridas, de alentar, de soplar vida, de sanar cuerpos agotados
Y callamos
Ese egoísmo me hiere, me mata poco a poco
Pero aún no me iré, tranquilo
Seguiré vagando por esta tierra vuestra...
¿Podría pensar en si acabareis alguna vez de odiaros, de pisaros, de castigaros....?
No lo pienso. No puedo

Sólo sigo
Sigue tu romano
Encuentra el amor 
Creo recordar que merecía la pena
Que se podía pelear por mantener vivo el espíritu de los amantes libres
Píensalo tú, si puedes 



Nada puede ser tan malo
Como lo que no hicimos
Lo que no recordamos
Lo que no olvidamos
Lo que no pensamos
No sé. No lo pienso. No puedo




No estamos tan lejos,
más nunca estuvimos cerca

Creo...





2 comentarios:

  1. Triste encontrar así a Ylena, tan vencida e incapaz de pensar lo que cree ser, o de creer lo piensa ser. No me la esperaba tan hundida, ni con esos pasos a otro sitio. Nunca se puede estar tan lejos cuando se ha querido tanto (creo). Felicidades por el texto y por las imágenes que tan bien lo acompañan. BESO GIGANTE

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    1. Gracias profe. Yo también tengo ganas de que Ylena retome su vida con fuerza, pero supongo que ambas estamos algo cansadas ;)

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